La ceguera legal en España afecta al colectivo de personas que tiene en ambos ojos y con la mejor corrección óptica posible, una agudeza visual de hasta el 0.1 o una reducción de campo de hasta 10º.
Este colectivo está atendido por la ONCE que presta una serie de servicios a todas las personas afiliadas.
Sin embargo, existe una población, que denominamos personas con baja visión, con dificultades visuales fuera del rango de la ceguera legal en España y que, obviamente, presentan necesidades de atención y orientación.
La baja visión describe una anomalía visual que restringe la capacidad de realizar tareas visuales en el día a día. Este impedimento no puede corregirse con gafas, lentes de contacto o intervención médica.
Al igual que en la ceguera legal, aunque no a un nivel tan severo, los tipos de anomalía visual son la pérdida de agudeza visual y la pérdida de campo visual. Otros ejemplos son la pérdida de sensibilidad al contraste, las anomalías en la visión del color y en la visión nocturna, así como un aumento de la sensibilidad a la luz (como deficiencia al deslumbramiento o fotofobia).