Existen otras funciones visuales como la capacidad de mover los ojos (motilidad ocular) y enfocar a otras distancias (acomodación), así como las de tipo perceptivo, que permiten interpretar lo que vemos (procesamiento visual). Todas ellas forman parte del “concepto global” de visión que influyen directamente en la forma en que percibimos el entorno.

Discapacidad visual LEVE
AV
≥ 0,3 (6/12)
AV
≥ 0,3 (6/12)

Discapacidad visual MODERADA
AV
entre 0,3 y 0,1 (< 6/18)
AV
entre 0,3 y 0,1 (< 6/18)

Discapacidad visual GRAVE
AV
entre 0,1 y 0,05 (6/60)
AV
entre 0,1 y 0,05 (6/60)

CEGUERA
AV
< 0,05 (3/60)
AV
< 0,05 (3/60)
En cualquier caso, la deficiencia visual afecta al acceso a la información escrita, a la movilidad y los desplazamientos, y a la realización de las actividades cotidianas. Puede ser costoso coser, leer, jugar a las cartas, utilizar un ordenador o el teléfono, realizar cometidos de la casa, hacer deporte y un sinfín de tareas que complican las actividades escolares, laborales y de ocio y tiempo libre.
Aunque no es el único factor determinante, el grado de dificultad también está relacionado con las lesiones ocasionadas por las patologías visuales, que en función del lugar donde se producen, causan diferentes problemas. Pueden estar localizadas en la zona central de la retina, dañando el campo visual, disminuyendo de manera generalizada la visión o con reducción de la sensibilidad al contraste.
Identificar pues el impacto que la pérdida de visión ocasiona tiene dos vertientes: el aspecto clínico de salud ocular y, la no menos importante, su repercusión en la vida cotidiana. Las funciones visuales (agudeza visual, campo visual, etc.) que se pierden o deterioran pueden medirse cuantitativamente y se mantienen en grado variable y la capacidad para usar la visión en diferentes actividades y participar en situaciones como ir a la escuela o el trabajo, refleja las posibilidades totales del individuo.
Aunque no es el único factor determinante, el grado de dificultad también está relacionado con las lesiones ocasionadas por las patologías visuales, que en función del lugar donde se producen, causan diferentes problemas. Pueden estar localizadas en la zona central de la retina, dañando el campo visual, disminuyendo de manera generalizada la visión o con reducción de la sensibilidad al contraste.
Identificar pues el impacto que la pérdida de visión ocasiona tiene dos vertientes: el aspecto clínico de salud ocular y, la no menos importante, su repercusión en la vida cotidiana. Las funciones visuales (agudeza visual, campo visual, etc.) que se pierden o deterioran pueden medirse cuantitativamente y se mantienen en grado variable y la capacidad para usar la visión en diferentes actividades y participar en situaciones como ir a la escuela o el trabajo, refleja las posibilidades totales del individuo.
La baja visión supone un proceso de cambio no buscado, por tanto, obligado y condicionado por factores que, en muchos casos, se escapan del control personal. Pero ese cambio se produce en una persona con valores, preferencias, manera de vivir, entorno familiar y social, etc... que influirán y, seguramente, facilitarán la adaptación.
Aprender a entender mejor los problemas que genera la disminución de la funcionalidad visual, buscar alternativas para resolverlos y manejar las emociones que generan son la base para seguir llevando una vida con buena calidad.

Acceso a la información escrita para favorecer la interacción social
Acceder a la información escrita es fundamental para que exista una verdadera interacción social. La mayor parte se presenta en diferentes variedades (papel, rótulos, carteles, pantallas) y está diseñada para que llegue a través de la visión. Con baja visión no siempre es posible ver los tamaños de las letras habituales en libros, periódicos, folletos, prospectos de medicamentos…
Muchos son los aspectos que influyen en la lectura, algunos relacionados con la pérdida de capacidades visuales y otros con el formato de presentación del material impreso, por su tamaño, bajo contraste, tipo de letra utilizada (con adornos), composición de los textos (líneas muy juntas o separadas, papel de mala calidad, distribución complicada de columnas, tablas, imágenes, etc.). En el caso de las informaciones transmitidas a través de rótulos, carteles y pantallas, la imposibilidad de acercarse y otros factores como su incorrecta ubicación e iluminación inadecuada, impiden la visualización.
Muchos son los aspectos que influyen en la lectura, algunos relacionados con la pérdida de capacidades visuales y otros con el formato de presentación del material impreso, por su tamaño, bajo contraste, tipo de letra utilizada (con adornos), composición de los textos (líneas muy juntas o separadas, papel de mala calidad, distribución complicada de columnas, tablas, imágenes, etc.). En el caso de las informaciones transmitidas a través de rótulos, carteles y pantallas, la imposibilidad de acercarse y otros factores como su incorrecta ubicación e iluminación inadecuada, impiden la visualización.

La movilidad y el desplazamiento con plena autonomía
La visión está también directamente implicada en la capacidad de orientarnos y movernos porque permite una interpretación global, rápida y automática de las diversas condiciones del entorno. Por tanto, cuando se produce una pérdida de dicho sentido, el desplazamiento es una de las actividades más damnificadas.
Mantener la movilidad autónoma depende mucho del resto visual, pero también de otros factores no menos importantes como la edad, la necesidad de moverse y la presencia de impedimentos físicos.
Los problemas más frecuentes en la movilidad están relacionados con la detección de obstáculos (bolardos, farolas, papeleras, terrazas de bares y otros objetos imprevistos…), la visualización de descensos bruscos (escalones, rampas…) y la realización de cruces, por las dificultades para ver el semáforo y el temor que produce bajar a la calzada. En la movilidad es fundamental la seguridad y ésta depende, en gran medida, de los diseños de las calles de nuestras ciudades, pues no siempre son fácilmente transitables ni están libres de peligros. Es frecuente encontrar aceras en mal estado, zanjas y andamios sin señalizar, bicicletas y patinetes aparcados en lugares prohibidos, alcorques sin proteger, mobiliario urbano mal ubicado y otras circunstancias, que generan mucha tensión e inseguridad cuando la visión es deficiente.
Los problemas más frecuentes en la movilidad están relacionados con la detección de obstáculos (bolardos, farolas, papeleras, terrazas de bares y otros objetos imprevistos…), la visualización de descensos bruscos (escalones, rampas…) y la realización de cruces, por las dificultades para ver el semáforo y el temor que produce bajar a la calzada. En la movilidad es fundamental la seguridad y ésta depende, en gran medida, de los diseños de las calles de nuestras ciudades, pues no siempre son fácilmente transitables ni están libres de peligros. Es frecuente encontrar aceras en mal estado, zanjas y andamios sin señalizar, bicicletas y patinetes aparcados en lugares prohibidos, alcorques sin proteger, mobiliario urbano mal ubicado y otras circunstancias, que generan mucha tensión e inseguridad cuando la visión es deficiente.

La realización de actividades de la vida cotidiana
Las actividades básicas de la vida diaria son fundamentales para satisfacer necesidades como el aseo, vestuario, alimentación, limpieza del hogar y mantenimiento de la ropa. Otras tienen que ver con la relación social (compras, gestiones, uso del teléfono, manejo del dinero, cuidado de la salud…). Todas las realizamos habitualmente y debemos hacerlo con plena independencia y seguridad.
Los procesos de pérdida visual suelen ser lentos, lo que ocasiona a veces una escasa conciencia real de los riesgos y rechazo a realizar algunas tareas por temor a sufrir accidentes. La vivienda es, sin duda, el lugar donde se producen más situaciones peligrosas, concretamente en la cocina y el baño.
Los incidentes más comunes son los golpes y caídas por resbalones e impacto con obstáculos imprevistos o que están situados fuera de su ubicación habitual (sillas, puertas, etc.). Los cortes y quemaduras al planchar, coser, cortar, cocinar… pueden ser también frecuentes. La dificultad de identificar productos lleva a confusiones, sobre todo en los de limpieza, con el consiguiente peligro de intoxicación.
Muchos de estos accidentes suceden por descuidos y falta de prevención pero en otros la reducción de visión y las condiciones de iluminación de cada vivienda juegan un papel relevante para conseguir autonomía y evitar riesgos. Cada persona debe buscar los mejores recursos para realizarlas de manera segura.
Los incidentes más comunes son los golpes y caídas por resbalones e impacto con obstáculos imprevistos o que están situados fuera de su ubicación habitual (sillas, puertas, etc.). Los cortes y quemaduras al planchar, coser, cortar, cocinar… pueden ser también frecuentes. La dificultad de identificar productos lleva a confusiones, sobre todo en los de limpieza, con el consiguiente peligro de intoxicación.
Muchos de estos accidentes suceden por descuidos y falta de prevención pero en otros la reducción de visión y las condiciones de iluminación de cada vivienda juegan un papel relevante para conseguir autonomía y evitar riesgos. Cada persona debe buscar los mejores recursos para realizarlas de manera segura.

Zona central de la retina
Cuando la parte dañada es la zona central de la retina el poder de resolución para detectar, reconocer y discriminar aspectos clave a corta y larga distancia esta disminuido, por lo que interfiere en todas las actividades comprometidas con la visión de letras pequeñas, escritura, reconocer caras, coser, manualidades, ver televisión, leer paneles informativos con nombres de calles, rótulos, números de autobuses, etc., y también en la percepción de los colores.

Campo visual
El campo visual humano determina la amplitud que se puede ver en diferentes grados, aproximadamente 180º. La agudeza visual aumenta desde la discriminación de movimientos en la zona más periférica hasta un 100% en la central. Cuando la lesión se produce en el campo visual periférico, encargado de analizar relaciones espaciales, las mayores dificultades se encuentran en la orientación y movilidad, pues solo puede verse una parte pequeña del espacio y es difícil relacionarla con otras zonas. Son frecuentes los tropiezos, el mal cálculo de las distancias y problemas para detectar obstáculos y desniveles. En estos casos la visión con niveles bajos de iluminación es reducida y hay muchas dificultades en la adaptación a los cambios de intensidad (luz-oscuridad y viceversa) que requieren periodos muy largos para adaptarse e, incluso, en algunos casos no lo consiguen.

Disminución generalizada de la visión
Hay patologías en las que solamente se produce una disminución generalizada de la visión sin limitaciones de campo visual, afecta a todas las actividades que requieren precisión de detalle, como la lectura, manualidades, etc., sobre todo, si tienen bajo contraste, alterando también la percepción de los colores, que se ven menos saturados.

Sensibilidad al contraste
No siempre se da la suficiente importancia a una característica de la visión como es la sensibilidad al contraste, que permite diferenciar un objeto y el fondo donde se sitúa. Sin embargo, acompaña prácticamente a todas las demás funciones visuales y es determinante en el desempeño cotidiano de la mayoría de las actividades, ocasionando con su disminución muchas dificultades.
Identificación y entrenamiento de la zona de mejor visión en aquellos casos en los que aparece una pérdida de visión central también conocida como fijación excéntrica.
Técnicas de rastreo y exploración con el fin de compensar la pérdida de visión periférica.
Adaptaciones en el entorno en la que pequeñas modificaciones en aspectos como la iluminación, el contraste o cambios en la organización generan una mayor calidad a la hora de realizar una actividad.
Prácticas ergonómicas ayudan a reducir la fatiga visual y corporal a la hora de hacer tareas que suponen un gran esfuerzo visual.
Además del apoyo esencial de las personas del entorno, se requiere, sin duda, una respuesta de la sociedad, que integre y atienda sus necesidades desde todos los ámbitos. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se ha ocupado de que los países desarrollen políticas de inclusión.
Los entes públicos están facilitando la promoción de medidas de accesibilidad en infraestructuras, transporte y tecnología, pero aún queda mucho por conseguir. Por otra parte, la sensibilización social ha reducido el estigma asociado a la imposibilidad de ver bien, fomentando la necesidad de que estas personas puedan recibir asistencia y ayuda en el marco del respeto a sus capacidades.
Sin duda, estas actitudes están beneficiando no solo a las personas afectadas, sino a la comunidad en general.
En definitiva, el apoyo ajustado del marco familiar, de amigos, laboral y social y un entorno accesible favorecen la autonomía, el desarrollo personal y la integración social, para que la pérdida visual no sea una barrera para vivir de manera plena y satisfactoria.

Pavimentos podotáctiles
Superficies con relieve incorporado en el suelo que tienen una función informativa y orientativa, transmitiendo la información a través de su textura y color. Según el tipo de pavimento y su colocación, indican direcciones y rutas seguras, alertan de peligros y desniveles (escaleras), dirigen al punto adecuado para cruzar, bifurcaciones, etc.

Semáforos sonoros
Emiten sonidos cuando está en verde, indicando que se puede cruzar la calle con seguridad.

Señales y paneles informativos
Los carácteres visuales (letras) deben tener un tamaño suficiente en función de la distancia a la que pueden ser vistos, garantizando un buen contraste de color. No deben tener elementos salientes que no lleguen hasta el suelo, ni tampoco esquinas o aristas. Contarán también con una iluminación adecuada, evitando materiales que produzcan reflejos.

Ubicación y diseño de mobiliario urbano, ascensores…
Las papeleras, bancos, etc. estarán fuera de la línea de paso peatonal y colocados siempre al mismo lado. Los porteros automáticos y botoneras de ascensores deberán tener una numeración normalizada (siempre en la misma ubicación).

Transporte público
Mensajes escritos y orales del transporte público, que informan sobre la próxima parada, destino, líneas coincidentes en la parada y otras informaciones de interés para el viajero.

Cajeros automáticos y máquinas expendedoras
Entidades bancarias y las máquinas para la expedición de títulos de transporte deben permiten operar con caracteres visuales más grandes y de alto contraste, incluso, a través de navegación por voz.

Entorno digital
Garantizar que los contenidos en la web, aplicaciones y documentos electrónicos sean accesibles.
Una de las mayores dificultades para apoyar a una persona con baja visión en la calle es que no siempre es posible identificar dicha condición, porque en muchas ocasiones, su forma de moverse es normalizada, no indicativa de que puede estar en un apuro.
Por eso, ante la demanda que cualquier persona realice (número del autobús que llega a la parada, nombre de una calle, color del semáforo) es imprescindible que le proporcionemos la información que solicita, sin cuestionarnos por qué no puede leerla y sin indicarle que consulte el cartel informativo, que es seguro que no puede ver.
En el caso de que la persona esté identificada, tampoco es sencillo saber cuándo es necesaria la ayuda y cómo prestarla. Pueden ser útiles las pautas siguientes:
Ayuda
Pregunta si necesita ayuda y deja que te explique lo que precisa, no presupongas lo que te va a pedir.
Acompañamiento
Pregúntale cómo quiere ser guiado:
- Ofreciéndole tu brazo para que se agarre.
- Siguiéndote visualmente colocándote cerca y en la posición que prefiera.
- Ofreciéndole tu brazo para que se agarre.
- Siguiéndote visualmente colocándote cerca y en la posición que prefiera.
Acompañamiento
Déjale exactamente en el lugar que ha solicitado, no donde tú creas que puede irle mejor.
Uso del lenguaje
Utiliza respuestas verbales, evitando gestos porque no siempre podrán ser percibidos. Por ejemplo, "la tienda que buscas está en la acera de enfrente", en lugar de señalar la ubicación con la mano.
Información
Proporciona los datos que solicite de la forma más completa posible, sin eludir parte de ellos.
Avisos
Si observas que está llegando a alguna situación de peligro que no ha visto, dile que se pare sin sobresaltar e infórmale de lo que sucede. Por ejemplo, "párate, hay un escalón a unos pasos por delante de ti".
En definitiva, el respeto a la demanda y la naturalidad en la relación son las claves para que la ayuda sea útil y todos nos sintamos cómodos.