¿Quieres saber todo sobre la baja visión? Descubre todo lo relacionado con ella

¿QUÉ ENTENDEMOS POR BAJA VISIÓN?
La baja visión o deficiencia visual es la condición visual que tiene una persona con una reducción importante de su visión, que no mejora utilizando la adecuada corrección en gafas, lentes de contacto e incluso tratamientos farmacológicos o quirúrgicos y que, por ello, presenta una incapacidad para realizar algunas tareas de la vida cotidiana.
Esta pérdida de visión puede deberse a diversos factores. Puede originarse por una reducción de la visión del detalle (Agudeza Visual) o de la visión periférica (Campo Visual), en función de la zona de la retina que se vea afectada, o por una disminución de la visión sin afectación del campo visual provocada por otras causas.
Es muy importante tener en cuenta que, en términos generales, el tipo de afectación que cause la Baja Visión ocasiona una serie de limitaciones en las funciones visuales que pueden variar dependiendo del grado de afectación, la evolución de cada patología y otros muchos factores que intervienen en cada caso.
Evolución del concepto de baja visión
La baja visión, como todas las discapacidades, ha sido considerada durante muchos siglos una anomalía o enfermedad, que anulaba las capacidades y posibilidades de la persona afectada. Ese enfoque se ha ido modificando hasta llegar al actual, que no solo contempla los aspectos médicos, sino también sus posibilidades de participación social y los aspectos psicológicos.
Las clasificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituyen un referente para establecer clasificaciones y terminología sobre discapacidad. Desde la primera versión de la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM-1980), que consideraba estos conceptos como “consecuencias de enfermedades” a la actual Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF-2001), que considera los “componentes de salud” y las “consecuencias”, centrándose en el impacto de la propia enfermedad y otras condiciones, ha habido una clara evolución. En la CIF-2001 la discapacidad es un término genérico, pero se pone el acento en la interacción de la persona con su entorno físico y social.
Desde 1972 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ido actualizando la definición. En un principio se valoraban simplemente aspectos relativos a la agudeza visual (Entre 0,3 y 0,1) y campo visual (entre 10 y 20 grados), considerándose valores inferiores aquellos pertenecientes a ceguera legal. Más adelante, hubo una clasificación en la que se incorporaban diferentes niveles de discapacidad visual (leve, moderada o severa) en función de la afectación de estos valores.

AV
≥ 0,3 (6/12)

AV
entre 0,3 y 0,1 (< 6/18)

AV
entre 0,1 y 0,05 (6/60)

AV
< 0,05 (3/60)
Causas de la Baja Visión
Siguiendo los criterios que la OMS utiliza, las causas de la baja visión pueden ser cualquiera de las patologías que afectan a la estructura ocular, a las vías de conexión con la zona receptora de la imagen visual (cerebro) y/o cualquier otra alteración que impida su interpretación cognitiva.


IMPACTO DE LA BAJA VISIÓN EN LA VIDA DIARIA
Hablar del impacto de la baja visión o deficiencia visual nos encamina, sin duda, a considerar el papel fundamental que este sentido tiene en cualquier aspecto y momento de la vida diaria del ser humano.
El mundo está construido sobre la capacidad de ver y ésta es parte inseparable de la interacción social e interpersonal. No en vano, la comunicación cara a cara se organiza en torno a la vista. La visión, en cualquier etapa vital (infancia, adolescencia, vejez), permite prosperar como persona y ayuda a mantener el contacto social y la independencia, aspectos fundamentales para conseguir bienestar.
Las consecuencias de la baja visión están determinadas por varios factores: opciones de tratamiento de la patología ocular, capacidad de desarrollar nuevas habilidades e incorporación de adaptaciones ambientales personalizadas, sin olvidar la posibilidad de utilizar instrumentos ópticos, electrónicos, tecnológicos, etc. que pueden constituir una gran ayuda. No obstante, su repercusión es diferente en cada persona y está relacionada con su manera particular de afrontar la pérdida. En unos casos irá resolviendo algunos problemas con sus propios recursos, sin alterar significativamente su estado anímico, mientras que en otros puede encontrarse desbordada por las circunstancias. Incluso es posible que, aun resolviendo los problemas, pueda sentirse mal emocionalmente. Las reacciones personales y del entorno ante la pérdida de habilidades y también la forma de encarar las situaciones del día a día, son, en su mayoría, normales. Pero aún siendo normales, no siempre evitan que la persona afectada se sienta mal.

Acceso a la información escrita para favorecer la interacción social
Muchos son los aspectos que influyen en la lectura, algunos relacionados con la pérdida de capacidades visuales y otros con el formato de presentación del material impreso, por su tamaño, bajo contraste, tipo de letra utilizada (con adornos), composición de los textos (líneas muy juntas o separadas, papel de mala calidad, distribución complicada de columnas, tablas, imágenes, etc.). En el caso de las informaciones transmitidas a través de rótulos, carteles y pantallas, la imposibilidad de acercarse y otros factores como su incorrecta ubicación e iluminación inadecuada, impiden la visualización.

La movilidad y el desplazamiento con plena autonomía
Los problemas más frecuentes en la movilidad están relacionados con la detección de obstáculos (bolardos, farolas, papeleras, terrazas de bares y otros objetos imprevistos…), la visualización de descensos bruscos (escalones, rampas…) y la realización de cruces, por las dificultades para ver el semáforo y el temor que produce bajar a la calzada. En la movilidad es fundamental la seguridad y ésta depende, en gran medida, de los diseños de las calles de nuestras ciudades, pues no siempre son fácilmente transitables ni están libres de peligros. Es frecuente encontrar aceras en mal estado, zanjas y andamios sin señalizar, bicicletas y patinetes aparcados en lugares prohibidos, alcorques sin proteger, mobiliario urbano mal ubicado y otras circunstancias, que generan mucha tensión e inseguridad cuando la visión es deficiente.

La realización de actividades de la vida cotidiana
Los incidentes más comunes son los golpes y caídas por resbalones e impacto con obstáculos imprevistos o que están situados fuera de su ubicación habitual (sillas, puertas, etc.). Los cortes y quemaduras al planchar, coser, cortar, cocinar… pueden ser también frecuentes. La dificultad de identificar productos lleva a confusiones, sobre todo en los de limpieza, con el consiguiente peligro de intoxicación.
Muchos de estos accidentes suceden por descuidos y falta de prevención pero en otros la reducción de visión y las condiciones de iluminación de cada vivienda juegan un papel relevante para conseguir autonomía y evitar riesgos. Cada persona debe buscar los mejores recursos para realizarlas de manera segura.





ATENCIÓN PROFESIONAL EN LA BAJA VISIÓN
Dado que en aquellos casos en los que surge una causa deficiencia visual no existe un tratamiento o una opción terapeútica que resuelva la situación, es muy importante desarrollar nuevas formas para maximizar el resto visual disponible. Es por eso que la atención profesional en baja visión se convierte en un pilar fundamental es este aspecto.
Los especialistas en baja visión proporcionan estrategias y herramientas con el fin de poder optimizar el resto de la capacidad visual, modificando aspectos del día a día con el uso de ayudas ópticas o con adaptaciones en el entorno.
Normas generales para el uso efectivo de la visión
La clave del manejo de la baja visión no radica solo en el uso de dispositivos o ayudas ópticas sino que el aprendizaje en la optimización del resto visual de manera más eficiente también es de suma importancia.
Existen estrategias que se utilizan para optimizar la percepción del entorno tales como:
Programas de atención en la baja visión
Se considera que casi un 90% de la información que recibimos lo hacemos a través de la visión. En este procesamiento visual intervienen una serie de habilidades que conforman la imagen que finalmente procesamos. Las habilidades visuales (fijación, movimientos oculares, exploración, discriminación, coordinación ojo mano, etc.) se desarrollan en los primeros años de vida a través de un aprendizaje, afianzándose generalmente en la edad adulta.
Para la optimización de estas estrategias y el mejor uso de las herramientas, los programas de entrenamiento visual son fundamentales para intentar recuperar la funcionalidad y autonomía, mejorando así la calidad de vida. En estas interacciones se combinan ayudas visuales, el manejo de las habilidades visuales y adaptaciones al entorno, todo ello siempre adaptándolo a las necesidades de cada persona.
Estos programas de entrenamiento visual tienen como objetivo el aprendizaje sobre el uso de la visión para poder sacarle el máximo partido, reduciendo así la frustración y aumentando la independencia en tareas cotidianas. Es muy importante siempre identificar bien las necesidades prioritarias para poder trabajar sobre ellas (lectura, desplazamiento, ciertas manualidades, etc.).
Intervención multidisciplinar: ¿qué papel juegan los profesionales?
Son muchos los especialistas que intervienen en la evolución de una persona que tiene una deficiencia visual, desempeñando cada una de ellas un rol diferente y específico. Además, actualmente con la superespecialización cobra aun más importancia la colaboración interdisciplinar.
¿Qué especialistas es recomendable que se ocupen de la atención a la persona con baja visión?
Es el responsable de evaluar exhaustivamente las funciones visuales (agudeza y campo visual, sensibilidad al contraste, etc) y asesorar a la persona afectada sobre diferentes aspectos relacionados con su patología.
Debe examinar y recomendar, en su caso, las ayudas visuales si las necesita, con el fin de mejorar las actividades que el paciente realizaba previamente. En muchas ocasiones, solo con el cambio de hábitos y técnicas sencillas, la mejoría en la calidad de vida del paciente es notoria y estimulante.
Se ocupa del entrenamiento para optimizar su resto visual proporcionando estrategias y habilidades específicas. Su formación de base puede ser cualquiera que esté relacionada con la enseñanza, ampliada con aspectos concretos sobre las características y la repercusión funcional y social de la visión .
Sus orientaciones y apoyo son determinantes para sobrellevar los sentimientos que la pérdida de visión puede producir para que no traben la evolución ni afecten la relación con el entorno.

EL PAPEL DEL ENTORNO PRÓXIMO Y DE LA SOCIEDAD
El entorno próximo (familia, amigos, compañeros) y la sociedad en general son fundamentales para adquirir aprendizajes, experiencias y valores, promoviendo un sentido de pertenencia que moldea nuestras características y conductas, así como la manera de relacionarnos.
Para las personas con problemas de visión el papel del entorno es aún más significativo, porque la comprensión y el apoyo para superar los desafíos del día a día pueden marcar una gran diferencia en el fomento de la inclusión. Un obstáculo para mostrar dichas actitudes puede ser la confusión que genera la manera de proceder de la persona afectada, capaz de resolver algunas situaciones, como desplazarse con seguridad, y manifestar muchas dificultades en otras, por ejemplo, para leer. Sin duda, tanto la actitud de la persona con baja visión como la de la familia, amigos y compañeros de trabajo y escuela, son muy relevantes.
En cualquier caso, las relaciones deben fundamentarse en el respeto a las preferencias y necesidades, así como en la naturalidad para preguntar sobre las dificultades y la manera más efectiva de proporcionar ayuda. No debemos asumir que necesite asistencia para todo, ni tampoco etiquetar a la persona con baja visión únicamente por esta discapacidad.
Medidas de accesibilidad
La accesibilidad se refiere al diseño de productos, entornos y servicios para que todas las personas puedan utilizarlos de forma fácil y segura. Las medidas de accesibilidad están recogidas en diferentes normativas estatales y autonómicas y dirigidas a los ámbitos del urbanismo, edificación, transporte, tecnología, etc.
Centrándonos en la discapacidad visual se relacionan a continuación las medidas más significativas, cuya implantación es cada vez más frecuente aunque aún no están presentes en su totalidad. Algunas están dirigidas a la comprensión del entorno mientras que otras hacen referencia a la eliminación de riesgos.

Pavimentos podotáctiles

Semáforos sonoros

Señales y paneles informativos

Ubicación y diseño de mobiliario urbano, ascensores…

Transporte público

Cajeros automáticos y máquinas expendedoras

Entorno digital
Ayuda
Acompañamiento
- Ofreciéndole tu brazo para que se agarre.
- Siguiéndote visualmente colocándote cerca y en la posición que prefiera.
Acompañamiento
Uso del lenguaje
Información
Avisos

LA TECNOLOGÍA: UNA ALIADA IMPRESCINDIBLE
La accesibilidad tecnológica es un campo que se encuentra en constante evolución y el compromiso es evidente. Los dispositivos más modernos integran cada vez más herramientas dirigidas a responder a las múltiples y diferentes necesidades específicas de las personas. Quedando aún desafíos pendientes, el compromiso de las empresas y el desarrollo continuo de herramientas cada vez más sofisticadas e inclusivas, hacen que el futuro tecnológico y la accesibilidad para personas con baja visión sean cada vez más prometedores.
El avance de la Inteligencia Artificial (IA) ha sido crucial en el desarrollo de soluciones prácticas para la accesibilidad digital. Aplicaciones que nos desriben imágenes, identifican objetos y proporcionan indicaciones de navegación junto con dispositivos específicos como lupas electrónicas y visores de realidad aumentada, han abierto nuevas posibilidades para las personas con baja visión.
Si bien aún hay desafíos pendientes, el compromiso de las empresas y el continuo desarrollo de herramientas inclusivas hacen que el futuro tecnológico y la accesibilidad para personas con baja visión sea prometedor. La Fundación ONCE Baja Visión destaca la importancia de la tecnología como aliada y ofrece recursos y guías para ayudar a las personas a aprovechar al máximo estas herramientas. La exploración y el aprendizaje continuo de nuevas tecnologías representa la oportunidad de recuperar la autonomía, participar plenamente en la sociedad y disfrutar de todas las experiencias que la tecnología puede ofrecer.
La tecnología ha simplificado tareas tan cotidianas como leer un libro, ver una película, cocinar o hacer ejercicio. Además, esto puede ampliarse también al ámbito laboral y académico, pues permiten crear, escanear y convertir documentos, automatizar procesos etc. Por todo esto, nuestro objetivo va más allá de ayudarte a superar barreras: buscamos inspirarte a explorar, aprender y disfrutar de todos los beneficios que la tecnología puede tener para ti. Independientemente de tu nivel de experiencia, seguro que hay algo nuevo que descubrir e incorporar a tu vida diaria.