La investigación: Un pilar fundamental para prevenir la baja visión
La baja visión afecta a millones de personas en todo el mundo, limitando su independencia y su participación activa en la sociedad. La investigación no solo proporciona conocimientos valiosos sobre las causas patológicas y el desarrollo de estas patologías, sino que también es la base para desarrollar tecnologías, terapias y métodos de prevención que tengan un impacto directo y significativo en la vida de las personas con baja visión.
Invertir en investigación en este campo no es solo un compromiso con la ciencia, sino un compromiso con el bienestar y la inclusión social de las miles de personas que padecen esta discapacidad, desconocida en muchas ocasiones por el gran público.
Como parte de sus líneas de actuación, la Fundación ONCE Baja Visión lanzará una línea específica de financiación para apoyar proyectos de investigación que se enfoquen en la prevención de la baja visión. Esta iniciativa tiene como objetivo fomentar la colaboración entre investigadores, instituciones académicas y hospitales, asegurando recursos para explorar nuevos caminos científicos y nuevos tratamientos médicos.
La financiación permitirá avanzar en áreas clave como la identificación temprana de patologías visuales, el desarrollo de terapias personalizadas y la creación de tecnologías que mejoren la calidad de vida de las personas con baja visión.
Los campos de investigación son tan diversos, como diferentes son las patologías que derivan en la baja visión. A modo de ejemplo podemos indicar:
1. Genética y diagnóstico precoz: Estudio de marcadores genéticos y técnicas de secuenciación avanzada para detectar patologías visuales antes de que progresen.
2. Terapias avanzadas: Implementación de tratamientos como la terapia génica, edición genética y el uso de células madre para detener o revertir enfermedades degenerativas.
3. Tecnología y accesibilidad: Desarrollo de dispositivos innovadores y herramientas digitales que permitan a las personas con baja visión integrarse plenamente en la sociedad.
4. Prevención y educación: Identificación de factores de riesgo y estrategias de sensibilización para reducir la incidencia de enfermedades visuales, especialmente en poblaciones vulnerables.
5. Neurociencia aplicada: Investigación sobre cómo el cerebro se adapta a la pérdida parcial de visión y cómo potenciar estas capacidades para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Este conjunto de áreas de investigación son meramente enunciativas ya que la Fundación ONCE Baja Visión financiará todos aquellos proyectos que considere de interés para las personas con baja visión.